Cuando hablamos del espacio en una composición
arquitectónica no nos referimos al espacio exterior del universo, sino al
espacio físico y limitado con el que contamos al momento de levantar una pieza
diseñada. Este espacio, aunque finito, puede ser interpretado y aprovechado de
diferentes maneras. En mi reflexión, encuentro dos argumentos principales que
ayudan a comprender mejor su importancia. Primero, el hecho de utilizar el
espacio a nuestro favor, aprovechando no solo su extensión sino también los
recursos que lo rodean. Segundo, la necesidad de eliminar aquello que
obstruye el camino hacia el diseño que queremos materializar.
Ambos argumentos tienen sus detalles, pero se relacionan
en el hecho de tener que utilizar su espacio finito lo mas que puedan, por un
lado aprovechando lo que hay y por otro lado quitando lo que “no se necesite”.
Muchos diseñadores o arquitectos exploran el espacio que
quieren utilizar de construcción y observan detalles en específicos que son los
que los pueden ayudar a la hora de querer manifestar su diseño en ese lugar.
El mejor ejemplo de esto son los Baños Termales de Vals de Peter Zumthor. Este arquitecto no solo vio una oportunidad en el terreno, sino que supo aprovechar lo que ofrecía el espacio y lo transformó en algo único y hermoso. La obra se integra con el paisaje natural y al mismo tiempo mantiene un orden arquitectónico. Aunque al inicio fue criticada por su propuesta poco común, logró materializarse como un referente mundial. A pesar de estar construida de forma subterránea, Zumthor incorporó aperturas de luz, agua, espacios abiertos e incluso áreas verdes, creando una experiencia sensorial completa.
La
mayoría del tiempo cuando es la hora de ver el espacio que vamos a utilizar
para construir, nos damos cuenta de que ciertas cosas están obstruyendo el
camino del diseño que se quiere materializar. Es por eso por lo que puedo
entender que hay veces en las que tenemos que quitar para poder añadir.
Mi
argumento no se trata de evitar construir en lugares donde haya que eliminar
espacio, sino de comprender que la mayoría del tiempo será necesario quitar
algo para poder edificar. En la lectura de los Baños Termales de Vals vemos un
ejemplo claro: el espacio de relajación fue concebido de manera subterránea, lo
que implicó excavar y transformar el terreno para dar lugar al diseño. Sin
embargo, Zumthor no se limitó a sustraer, sino que también creó al integrar
elementos “naturales artificiales”, como aperturas de luz y áreas verdes que
dialogan con la naturaleza real. De este modo, se demuestra que quitar tiene
sentido únicamente cuando se hace para crear, no como un simple acto de
eliminación.
Para
acabar quiero demostrar que estas ideas pueden coexistir la una con la otra. Es
cierto que tienen sus diferencias, pero eso no significa que para poner en
práctica una de ellas sea necesario eliminar la otra.
En
fin, al diseñar en un espacio arquitectónico no podemos pensar que todo se
reduce a quitar o poner, sino que debemos ser coherentes con lo que eliminamos
y conscientes de lo que aprovechamos. Habrá ocasiones en las que sea necesario
retirar elementos para abrir camino al diseño, y otras en las que podremos
sacar provecho de lo que ya existe en el lugar. El mejor ejemplo para cerrar
esta reflexión son los Baños Termales de Vals de Peter Zumthor: una obra que no
solo eliminó para crear, sino que también añadió y supo aprovechar los recursos
del entorno. Así, la arquitectura se entiende como un equilibrio entre restar y
sumar, entre transformar y preservar, siempre en armonía con el espacio
disponible.
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