El documental Secrets of the Parthenon nos muestra cómo la arquitectura del Partenón no fue algo al azar, sino del profundo conocimiento matemático y técnico de los griegos en aquellos tiempos. Por tanto, puedo reconocer dos puntos importantes en mi reflexión: los constructores aplicaron complejos principios geométricos para lograr una apariencia visualmente perfecta; y, segundo, la rapidez y precisión con la que fue construido demuestran el alto nivel de organización y planificación de la época.
Ambas
proposiciones confirman que el Partenón representa la unión entre arte, ciencia
y técnica en la arquitectura clásica.
La primera proposición proviene de los detalles de diseño
que corrigen aquellas imperfecciones ópticas, como las columnas inclinadas y el
suelo curvado.
Los
que colaboraron en la creación del documental explican que estas deformaciones son
completamente intencionales y permiten que el edificio parezca perfectamente recto
desde nuestro punto de vista, lo cual muestra un dominio avanzado de la
geometría y la percepción visual.
La segunda proposición se demuestra en el proceso de
construcción del templo, que fue increíblemente rápido considerando su tamaño y
lo complejo que es.
Los arqueólogos en el documental nos revelan
que los griegos trabajaron con mucha precisión, utilizando herramientas y
métodos que anticiparon principios modernos de ingeniería, lo que permitió
levantar la estructura en menos de una década.
En
conclusión, las proposiciones ya mencionadas confirman que el Partenón no solo
fue un símbolo religioso, sino también una poesía artística.
El
documental “Secrets of the Parthenon” demuestra que, a través del junte entre
arte, matemática y tecnicismo, los griegos lograron una obra cuya perfección
sigue inspirando a la arquitectura contemporánea.
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